sábado, 17 de mayo de 2014

272 - DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA LGTIBFOBIA


Aunque a algunos y algunas les parezca mentira, actualmente se siguen produciendo actos de odio hacia personas lesbianas, gays, transexuales, intersexuales y bisexuales.

Que en este país llamado España exista una legislación ciertamente avanzada en cuanto a derechos de los colectivos LGTIB, no significa que vivamos en una sociedad respetuosa con ellos.

A diario se producen agresiones físicas y verbales hacia personas pertenecientes a estos colectivos y muchos de ellos quedan impunes.

Debo decir que desde hace mucho tiempo apuesto por una absoluta visibilidad, considerando que es el mejor medio que tenemos las personas que formamos parte de alguno de los colectivos LGTIB, para poder alcanzar la igualdad de derechos con el resto de personas miembros de la sociedad.

La visibilidad es la única forma que cada persona de forma individual tiene a su alcance para decir quien es, para demostrar cómo y a quién ama.

 La armarización, aún existente de muchas personas, es la violencia social heredada que anula y estigmatiza a quienes la padecen. Nunca hay una armarización voluntaria, porque aunque quien la padece así lo declare, es fruto de teorías ancestrales que cosifican a las personas diferentes y las señalan como elementos extraños en una sociedad que desea la homogeneización de sus miembros para así poder manipularlos.

El odio institucionalizado hacia personas diferentes por orientación sexual, por identidad de género, por diversidad funcional, por etnia, por pensamiento político o religioso, por nivel económico, está calando hondo en las sociedades que más avanzadas se autodefinen, los movimientos radicales se multiplican y los abusos hacia colectivos que consideran extraños, minoritarios y vergonzantes se hacen fuertes haciendo apología de su discurso fascista y captando a personas con carencias formativas, resultado de políticas educativas deficitarias.

El día de hoy debe servirnos para continuar en la lucha por la consecución de derechos iguales para todas las personas, del orgullo de ser quiénes y cómo somos, de mirar a los ojos de quien nos odia y quitarnos el miedo. 

Que el desprecio de aquellos y aquellas nos haga más fuertes, que nuestra bandera nos enorgullezca siempre y que nuestra forma de pensar, amar y sentir no condicione nunca nuestro derecho a ser.


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